Hijos de la Inmaculada Concepción

"El fin último del Instituto –afirma nuestro Fundador– es santificarse a sí mismo y al prójimo sirviendo a Dios en la disciplina regular, en el servicio de los enfermos, en la educación de los niños huérfanos"

Fieles a este mandato, los religiosos, Hijos de la Inmaculada Concepción, deseamos vivir nuestro seguimiento de Jesucristo en la fidelidad a la Iglesia, a sus enseñanzas y al espíritu de fraternidad que nos une como una verdadera familia. Cumplimos nuestra vocación de religiosos con diferentes especialidades profesionales, todas ellas orientadas a la realización del mandato de caridad que nos ha encomendado nuestro Beato como sacerdotes, enfermeros, médicos, farmacéuticos, educadores, rehabilitadores...